En estos días, me encuentro metido en la vorágine de adaptar los tipos de letra que utilizamos en los libros de la editorial a los tiempos que corren.
Uno de los primeros conceptos con los que me he encontrado, es el de la legibilidad, concepto éste de lo más subjetivo, ya que muchas veces depende exclusivamente de la costumbre o de los usos de una determinada época. Hoy nos resultarían ilegibles las tipografías góticas de los periódicos alemanes de hace apenas setenta años, y que ellos leían con total facilidad.
Y es que según algunos estudios, no ipmotra el odren en el que las ltears etsen ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esetn ecsritas en la psiocion cocrreta. El retso peuden etsar ttaolmntee derosnedada y aun pordas lerelo sin pobrleams, pquore no lemeos cada ltera en si msima snio cda paalbra en un contxetso.
Como habréis comprobado, aunque cueste un poco, es realmente posible leer y comprender el párrafo anterior.
Por otro lado, muchas veces es el entorno el que contamina nuestra percepción de la realidad, como podemos ver en los dos círculos granates de las ilustración que acompañan a este artículo, ¿cuál es más grande de los dos? Pues sí, los dos son iguales, solo que parafraseando lo que nos decían de pequeños «dime con quién andas… y te diré lo que pareces».
Una de las labores del diseñador gráfico es, visto todo lo anterior, adelantarse y utilizar en su propio provecho y del mensaje que se quiere comunicar todos estos recursos. Sin embargo, no siempre es posible prever lo que percibirá el cerebro de todos los perceptores de nuestro trabajo. Al igual que cuando utilizamos el famoso test de Rorschach cada uno ve reflejadas en esas manchas negras, sus obsesiones, sus fobias o sus preocupaciones más cotidianas, una portada de un libro un cartel o un logotipo puede, sin que sepamos a veces por qué, remover nuestro interior y hacer lecturas que ni eran las previstas por el autor, ni jamás se nos hubieran ocurrido.
A veces un libro puede parecer producto de limpieza (por su colorido, tipografía o estar colocado fuera de contexto) y un cartel con muchas fotografías, una pancarta de Gestoras.
[Publicado en la revista Txalaparta Hitzak & ideiak 30. 2006ko udaberria]