Se acaban de celebrar unas jornadas cuyo título ha sido, parafraseando la inolvidable serie británica cuyo protagonista era Reginald Perrin, «caída y auge de las revistas en papel». En lo que se refiere a la impresión en general, y sobre papel en particular, yo iría un paso más allá y hablaría claramente de decadencia. No entraré en analizar las causas, pero aquí van algunos de los muchos ejemplos que me llevan a pensarlo.
Hace tiempo que los carteles dejaron de tener importancia en la transmisión de mensajes. En las últimas campañas electorales apenas se ven más allá del acto casi litúrgico con el que los candidatos inician torpemente su carrera.
Uno de los pocos sitios en donde todavía parece que cumplen alguna misión es en los comercios, sobre todo en época de ofertas y rebajas. Paso casi todos los días por delante de una tienda de ropa infantil, y a principios de año colocaron en su escaparate el siguiente cartel:
Ahí se mantuvo, falta de ortografía incluida, casi un mes. Hace unos días lo han cambiado y el nuevo, no sé si para evitar problemas ortográficos o con intención de solidarizarse con el derecho a decidir, ¡está escrito en catalán! (la tienda está en el centro de Bilbao).
Cambiando de soporte, se acaban de rediseñar los cuatro diarios del grupo Noticias. Toda variación necesita un tiempo para asentarse, pero en este caso me temo que será bastante más largo de lo habitual. La elección de tipografías, interlineados y, sobre todo, el interletraje, hacen que en algunos casos se dificulte realmente la lectura. Pero lo que me parece más preocupante es la no utilización de soluciones a problemas tipográficos descubiertas hace siglos.
La parte más importante de la «f» es su gancho superior, pero en algunas tipografías colisiona con la letra siguiente como en el caso de la «i».
Para solucionarlo se utiliza ya desde las primeras imprentas de tipos metálicos, la elegante solución de crear una ligadura; aunque la «i» pierda su punto. Sin embargo, en estos nuevos diarios nos encontramos una y otra vez con este problema y otros parecidos.
Podría pensarse que todo ello ha sido obra de algún becario o periodista sin experiencia tipográfica. Pero los perpetradores de este trabajo pertenecen a un gran estudio navarro especializado en el rediseño de periódicos, por cuyas manos han pasado desde el francés Liberation hasta el premiado i jornal de Portugal.
Espero que la segunda parte de la frase a la que hago referencia al comienzo del artículo, la del auge de las revistas de papel, nos llegue en breve y con la mejor calidad posible.
Publicado en la revista Gure Liburuak 41. 2014ko udaberria