Cantina.
Qué mejor ocasión que el hipster mes de Movember para hablar de cerveza. Es un placer para un diseñador (he de confesar que más visual que gustativo) ver que cientos de nuevas e imaginativas etiquetas de cervezas artesanales, conviven en las estanterías con las de las de las marcas consolidadas. Este hecho ha reactivado la lucha por dominar un mercado cada vez mayor, sobre todo en forma de anuncios de televisión. Una serie de ellos, de una antigua marca madrileña hoy dentro de un conglomerado corporativo multinacional, quiere tocarnos el corazoncito reuniendo a cantantes y artistas, muchos de ellos caras conocidas de la llamada «movida madrileña», que nos hablan de cómo su primera experiencia con un botellín de dicha marca les llevaba directamente a tiempos y momentos de libertad.
ESTEBAN MONTORIO URIBARREN
Me dedico al diseño gráfico, a la comunicación visual, vivo en Bilbao y disfruto con mi trabajo.
“No se puede tener un país de verdad a menos que tenga una cerveza.”
FRANK ZAPPA
Tocar algunas fibras, y desde luego el gusto es uno de los sentidos que más rápido nos conduce a ellas, al menos en mi caso, les ha salido rana ya que el recuerdo de esa marca, entonces realmente mediocre y que no se me ha ocurrido volver a probar, me lleva directamente al cuartel madrileño donde hice la mili en esos primeros años de la llamada «Transición», y más concretamente al lugar en donde descubríamos que las respuestas no estaban en el fondo de un botellín: la cantina.

Curioso nombre actualmente casi en desuso, salvo para las tabernas mexicanas y nuestras polémicas cantineras, pero que en esa época todavía encontrábamos en algunos pueblos, en las estaciones de tren y por supuesto en los cuarteles.

Pero mejor si nos alejamos de aquellos tiempos y de todo tipo de establecimientos y botas militares y recordamos las palabras de Frank Zappa: «No se puede tener un país de verdad a menos que tenga una cerveza y una aerolínea –ayuda si tiene un equipo de fútbol o algún arma nuclear– pero por lo menos debe de tener una cerveza». No podrían estar más de actualidad, y no creo que sea una locura extrapolar el mundo de las cervezas a la situación política que nos rodea. Cuatro o cinco marcas que dominan el mercado mundial, cientos de etiquetas en apariencia locales pero integradas en esas grandes corporaciones, miles de marcas artesanales de toda graduación y sabor. Y, en lo cercano, cervezas con identidad nacional pero fabricadas en otras comunidades, algunas que se venden como locales pero que tienen detrás a grandes multinacionales…

Hay que reconocer que todavía nos queda camino para cumplir las condiciones de Zappa, pero al menos en esta parte del país tenemos una palabra propia para referirnos a lo que en otros lugares llaman tapón o chapa: «iturri». Además procede de uno de los productos más populares de la antigua cervecera La Vizcaina.

Por algo se empieza. Hagamos caso a nuestro antiguo refrán «izena duena, da» (lo que tiene nombre, existe).

Publicado en la revista Gure Liburuak 48
2015eko negua
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