Bandera.
Lo que se esperaría en una columna como esta es que hablara de la composición tipográfica en bandera. Un daño colateral de la generalización de programas informáticos para la maquetación ha sido la desaparición de nuestro léxico de este término. Mediante él nos referíamos a un texto alineado por un lado, pero que por el otro deja el espacio natural entre palabras, de forma que el texto tiene una forma irregular a la izquierda (bandera a la izquierda) o a la derecha (bandera a la derecha). El nombre viene de la sensación que da el texto de ser una bandera con el mástil en su parte justificada y ondeando por el otro extremo del texto. Como ejemplo, esta columna está compuesta en bandera a la derecha.
ESTEBAN MONTORIO URIBARREN
Me dedico al diseño gráfico, a la comunicación visual, vivo en Bilbao y disfruto con mi trabajo.
“Nuestra sexualidad es todos los colores.”
GILBERT BAKER
Sin embargo, en esta esquina del mundo, sabemos más de esa otra acepción como pieza de tela identificativa de un país o una nación, y de prohibiciones, multas y menosprecios.  Todavía recuerdo como, en los grises años de pensamiento uniforme, y por lo tanto de único canal televisivo, el atrevido (supongo que por ignorante) locutor deportivo que retransmitía el Tour de Francia nos hablaba de «esa bandera que los franceses llaman trapo». Y sigue siendo habitual que se refieran a la ikurriña como bandera inventada. ¿Será que el resto son de inspiración divina? Va a ser que no. Otra cosa es que desconozcamos quién es el autor de su diseño. No es el caso del norteamericano Gilbert Baker, que en 1978 diseñó el que hoy es todo un símbolo del movimiento LGBT y que ondea el día del Orgullo Gay. La bandera arco iris original estaba compuesta por 8 franjas horizontales de diversos colores, cada uno con su significado: el magenta, la sexualidad; el rojo, la vida; el anaranjado, la sanación; el amarillo, la luz del sol; el verde, la tranquilidad con la naturaleza; el turquesa, la magia y el arte; el azul añil, la armonía y el violeta, la espiritualidad.
Pero en 1979, año de su primera aparición masiva, el magenta no se producía industrialmente y la solución fue eliminar la primera franja. Más tarde se decidió eliminar las franjas turquesa y añil, ya que los organizadores de la marcha necesitaban que la bandera contuviera un número par de franjas para poner la mitad de un lado de la calle y la otra mitad del otro. Estas dos se sustituyeron por una franja de azul holandés, llegando a la versión más conocida en la actualidad. Paradójicamente, el emblema gay más extendido en el mundo es una bandera castrada, ya que omite el color que significaba la sexualidad. En estos momentos, como ya no está vigente ninguno de los obstáculos que impedían producir masivamente el diseño original, Gilbert Baker propone volver a la bandera arco iris original de 8 franjas y 8 colores. Terminaré con el caso más reciente de Nueva Zelanda donde no están muy contentos con su bandera. Su diseño data de 1869, de la época colonial, cuando Nueva Zelanda era parte del territorio del Reino Unido. Hoy, el país es soberano e independiente, y sus habitantes sienten que esos colores ya no les representan. No es la primera vez que un país moderno cambia su bandera. Canadá lo hizo en 1964. Pero esta vez se ha convocado un concurso abierto a cualquier ciudadano del país (sí, parece que la plaga de los concursos ha llegado a las antípodas) para elegir el diseño de una nueva bandera. Para 2016 deben quedar cinco finalistas. Entonces se celebrarán dos referendums (sí, sí, no es un error, dos). El primero será para elegir el diseño ganador, y el segundo para ratificar ese diseño o votar por mantener la actual bandera.
Publicado en la revista Gure Liburuak 47
2015eko udazkena
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